Ella era una hermosa niña, de ojos deslumbrantes y rostro angelical.
El era un niño simpático, humilde, algo tímido, y muy sentimental…
Su primera ilusión fue por aquella niña que estudiaba en aquel colegio, que lo llamaban “ blanca escuela”, un colegio para niñas y para gente exclusiva; aunque ambos cursaban el quinto año de primaria, aquel estudiaba en un colegio estatal.
El no tenia ni para comprarse un caramelo, entonces pensó que recolectando rosas rojas y obsequiarlo a la niña, podría llamar su atención y porque no, poder ganar su amistad y tal vez, algún día su corazón.
La primera vez, hizo gran esfuerzo en tratar de convencer a la niña de recibir su regalo; pero después de ese día, todos los martes y jueves antes de empezar las clases, lo esperaba en la puerta de la escuela para obsequiarle un pequeño sobre; luego aquel niño corría presuroso a su escuela con tal de no perder sus clases...
Aquella niña encontrándose en el aula, muy sigilosamente abría el pequeño sobre, y siempre encontraba una rosa roja… aunque un poquito marchitada, “era una rosa”, luego abría la cartita, que decía: “te quiero mucho”…
"Y si quieres saber cuanto te quiero cuenta las estrellas del cielo"...
De esta manera se llegaron a conocer…y con pequeños obsequios, que con el tiempo cautivarían, el sensible y tierno corazón de aquella niña.
En varias ocasiones habían acordado verse a la hora de salida, pero era imposible porque a ella todos los días venían a recogerla.
Al finalizar el año escolar, en la fiesta de promoción de la niña; luego que sus padres platicaban amenamente con la maestra y el Director, ambos niños ilusionados sin que nadie se diera cuenta, se escaparon de la fiesta, yéndose al parque más cercano del lugar.
Y sentados en una banca, bajo un hermoso cielo poblado de estrellas, el niño le declaro su amor...
Si, y fueron felices experimentando juntos, por vez primera la maravilla del primer beso...
La pureza del primer amor...
Esa noche inolvidable, fue la última vez que se vieron porque tan luego acabaron las clases, la niña partió a la capital…
Aunque nunca dejaron de comunicarse por intermedio de cartas, transcurrieron doce años, para que volvieran de nuevo a encontrarse; ella una empresaria de éxito, con poca suerte en el amor. Y el, todo un caballero, pastor de hombres, predicando a donde iba la palabra de Dios…
Es una historia larga y muy interesante, que se necesitaría horas o tal vez días para llegar a su final…
En resumen, ambos habían tenido historias diferentes, duros y tristes en los años que se habían dejado de ver, solo que esta vez, para reconquistar a su amada, el volvería a utilizar los mismos métodos de alguna vez; es decir, “ rosas rojas y cartas de amor”…
Y de esa bonita amistad, renació el verdadero amor...
Solo que esta vez fue un amor más grande y fuerte…
Que decidieron casarse con la bendición de Dios…
Con el tiempo llegaron a tener cinco hijos, ella dejo la empresa y tomo el mismo camino de su esposo. Muchas veces tuvieron fuertes problemas, pero unidos con amor, todo lo fue superado…
Dios los bendijo prosperándolo en todos los aspectos…
Y en medio de ese amor idóneo, aquel nunca dejo de regalar a su esposa, rosas rojas, como cariño de su gran amor…detalle que ella siempre pudo valorar…
Hoy en día, sus hijos son unos jóvenes, y aquellos esposos se dan un tiempo para salir juntos a pasear. Y sin perder la cuota romántica, acuden a un parque a fin de contemplar el infinito azul del cielo…
Aunque esta vez reposados por los años, como dos jóvenes enamorados, sus miradas tienen como destino final, el firmamento…
Como intentando contar las estrellas del cielo…
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