sábado, 12 de octubre de 2013

DE COLOR AZUL CIELO Y MAR A ROSADO PRIMAVERAL

(Soliloquio de un Papá embelesado)
(Solo para alguien como yo)

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DE COLOR AZUL CIELO Y MAR...
 A  ROSADO PRIMAVERAL

Sé que no soy el único que siente lo mismo. En mi caso  tengo  una sola hija, 
y desde que  nació  no solo me sentí  muy feliz y afortunado, si no también me volví más sensible y receptivo  con todos y por ende, con el mundo que me  rodea. 
Es cierto que a veces  uno se torna  muy tolerante y complaciente  hacia su engreída por ser hija  única.  También es cierto  que todo hijo  adora a su padre,  obvio,  pues  uno siempre será  el  único héroe. Hasta que nuestra pequeña crezca  y tome conciencia  que  uno solo es su padre y  que los verdaderos súper héroes solo los verá en el cine o en la televisión.


Pero existió un detalle, que con el nacimiento de mi hija me costó amoldarme al color rosado,  
y desplazar  al color que uno se había acostumbrado desde muy pequeño. 
Al color “azul ”   azul del cielo y  mar... 
por ejemplo azul siempre fueron mis juguetes y ropa de niño. 
De adulto,  azul mis corbatas y  trajes  de vestir,  mis calcetines, las  camisas,   
shorts,  hasta  las toallas  y  pijamas etc.

El  azul que es de preferencia para el varón, iba relegándose lentamente por el  rosado o fucsia. 
Gracias  a  mi hija; y a medida  que iba creciendo lo hacía de la mano de ese bendito color. 
Por ejemplo,  sus ropones, sus frazadas, su cuna, sus juguetes hasta sus chupones.
color que caracteriza como  es natural a toda dulce niña. 
Por tanto  debía  acostumbrarme a  lidiar con  ese detalle, pero hermoso color, 
que lo llamé "rosado primaveral". 

De pronto empecé a pintar la habitación de  blanco  a rosado,  
y una pequeña   casa de juguete a ese  color. 
Sin querer queriendo cada cosa que solía comprar lo hacía pensando en ese  color; 
¡ carambas !  
Pero, soy un hombre acostumbrado  al color “azul”… 
color azul del cielo y del mar. 
Si, y debo aceptar que una vez  aprendí a convivir y volverme  fans del color rosado  primaveral.

Es cierto, que  un hijo  da razón a la vida.  
Lo es también que una hija mujer en cierta medida te transforma tu forma de ser...
haciendo  que seas  más atento  y dócil con los demás, más  aun si se trata de  mujeres. 
Será porque en  ellas ves reflejar a la dulce niña de tus ojos?.  
De alguna manera  te esforzaras en tratarlas  dulcemente  de la  misma forma  como tratas a tu nena. 
Si no piensas así, deberías intentarlo. 
A mí me cambio la vida para bien.

Al igual que muchos, también desearía que mi hija  dejara de crecer.  
Porque simplemente es más fácil para uno,  poder cargarlos y  apachurrarlos. 
Subirlo a tu  espalda y correr junto a ella.  
Acurrucarlo  en tus brazos y darle el  biberón...  
Es una linda experiencia. 

Pues, todo hijo es una bendición de Dios. 

Y si por casualidad lees este comentario, sé que me darás la razón...
en el sentido de que todo padre  debe entregar todo su amor y sacrificarse por  sus hijos. 
Verás que siempre serás correspondido; siembra amor y cosecharas amor. 
Aunque en el fondo uno no debe de esperar nada a cambio...

Tampoco  se trata de traer así por así, hijos al mundo. 
Si  eres una persona  irresponsable, amargada, insensible carente de afecto etc.  
que  sabes, que al traer a este mundo a una criatura lo harás un tanto sufrir...
por  no estar a su lado y no darle el debido amor que se merece. 
Te recomiendo que lo pienses bien, hasta que tengas la debida madurez.  
En todo caso  nadie es perfecto. 
Solo está en ti poder cambiar. 
Y no te sientas mal ni mucho menos te enfades conmigo si no piensas igual que yo...
tal ves tú tengas distinto parecer,  o  la razón...
en fin, nadie es dueño de la verdad, 
mejor dicho nadie está exento de errores ni  dechado de virtudes. 
Errar es humano...

En la  adolescencia la cosa va cambiando. 
Un hijo  se torna  un poco especial en su forma de ser,  en algunos casos,
hay cierto distanciamiento, incluso  porque ellos mismos se van apartando  en el descubrimiento de su nuevo  mundo. 

Solo nos queda tenerles paciencia. 

Recuerdo cuando  mi hija tenía once años, empezó a gustar de  la música pop-disco, 
Hasta volverse fans de Justin Bieber. 
haciendo que le decorará su cuarto rosado con posters de ese artista juvenil Canadiense.

 Y un día me rogó  que le llevara a su concierto del Estadio Nacional. 
A toda costa  trate de persuadirla a que no asista...
pero no se pudo... 
De todas maneras lo acompañe a dicho evento. 
Ganó su perseverancia.

A los trece años se olvidó de Justin Bieber.
 
Y pasó a querer  a IRON MAN...
no sé si  realmente era  por la  película o por el actor  principal, de  ROBERT DOWNEY JR...
lo cierto es que aún sigue siendo  una acérrima  fans  de este actor y de esta película...

Y el día que se estrenó Iron Man III, quiso que me tomara  fotos...
cogiendo un poster de éste actor  Downey Jr.  en las afueras del cine, 
pero no se lo permití. 
Finalmente me convenció a tomarme una foto, 
no con el actor pero sí,  con Iron Man.


A decir verdad, mi hija, es una linda niña-adolescente, sencilla y reservada,  
y admiro mucho esa  belleza interior que posee. 
Pues  si se entera que estoy escribiendo algunas anécdotas...
peor aún, mostrando algunas fotos suyas, podría enfadarse. 
Pero como estoy  seguro que  nunca, nadie  descubrirán este comentario, 
toda vez que lo que escribo, casi ni un alma lo lee. 
entonces no tengo de qué preocuparme... 

Saben...
Soy consciente que todos nosotros somos como las aves. 
Que cuando  nos crecen las alas tomamos  vuelo y nos marchamos.
Por regla general así sucede. 
Alguna vez, nuestros padres pasaron por esa experiencia cuando formaron su propio hogar. 
Y uno mismo lo hizo distanciándose del dulce hogar añorado de los padres.  
A veces creo,
que tarde o temprano experimentaré ese sabor amargo. 
Pero es la ley de la vida. 
Así como  cada minuto que pasa,  cada vez  crecemos y envejecemos, 
y  nos aproximamos más a la muerte.  
Uno debe  aceptar y sobrellevar la vida como tal...
cada día cuenta...
y debemos de esforzarnos en ser felices viviendo en paz...

Luego, esperar el final del ocaso con los brazos abiertos. 

Pues uno nació solo y se marchará solo.

Pero tengo fe,  que en mi caso habrá  una excepción...
es decir, que mi hija siempre me acompañará, estoy seguro que sí. 
Y si eso no ocurre...(?) 
es mejor no pensar en eso por ahora.

Hoy en día mi hija tiene catorce años, y hace  poco un amigo suyo del  colegio,
acaba de obsequiarle  por  su cumpleaños  un hermoso peluche. 
Y me pregunto: Cómo pasan los años...
que grande está mi hija,  casi es una señorita y  ya tiene admiradores.
 
Lo cierto es que  ya no es una criatura a quien pueda cargar...

No solo porque ya no tenga la debida  fuerza, si no  porque  creo,  
que ya no permita dejarse  cargar. 

Y eso me entristece...

¿Será que algún día ella como las aves, tomará vuelo y se marchará?...
sigo creyendo  que eso no sucederá, 
o que en mí habrá una excepción...   

Mientras tanto por favor...
 ¿alguien podría ayudarme?  
¡¡¡ socorro!!! 
¡¡¡ auxilio !!! 

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De verdad,  
es una linda sensación y algo gratificante sentirse  un buen papá...
y  ver  como un hijo te llena la vida...
Cuanto desearía retroceder  el tiempo para  volver a jugar como lo hacía antes...
cuando  ELLA, aún era una criatura. 

Pero eso es imposible... 

Prefiero  solo imaginar, y soñar...
que  ella aún  sigue siendo tan pequeña...
Y que aún continuo  dando preferencia a ese bendito color  rosado primaveral...

Que una vez,  por amor a mi dulce niña, 
hice  desplazar   a mi tan preferido,  y añorado hermoso color  “azul”.  

oh,  "Azul"  
del  cielo y mar"...

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   a mi hija Mahogany.
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