(Por primera vez esta publicación)
(Solo para alguien como yo)
________________________________________________________
Él era un niño triste alegre y triste…
Aconteció que un día el padre de Carlitos, cazó a dos palomas blancas. Y en su ingenuidad, las metió en una jaula amplia de madera que daba a un rincón del patio de su casa.
Los fines de semana al descansar, el papá les daba su comida a las palomas mientras su
hijo solía contemplar con sumo detenimiento y alegría…
Junto ambos compartieron bonitos momentos; más aún por la llegada de sus
nuevas compañeras.
Y al pasar el tiempo aquellas
palomas se reprodujeron encariñándose aún más el niño con ellas.
Cuando llegaba las vacaciones solían dejar todo para ir a casa de los abuelos. Fue así que un día por el
bien de aquellas aves, padre e hijo acordaron dejarlas en libertad…
Pues al fin después de varios meses aquellas palomas recobrarían su libertad…
Pero en ausencia
de aquellas aves, Carlitos solía siempre extrañarlas, toda vez que no contaba con mas amigos para entretenerse…
De retorno a casa, la tristeza lo embargaba al desempolvar
sus juguetes guardados, incluso todo le parecía aburrido y monótono, más aún cuando veía la jaula vacía.
Sin embargo, aquellas palomas no se habían ido del todo, porque desde el
techo de la casa aguardaban silenciosas la presencia del niño.
Cuando se le arrojaba alimento, aquellas que ya no eran dos si no cuatro bajaban sin temor como advirtiendo el no haberse distanciado…
Luego de un tiempo estas se acostumbraron a vivir sobre el techo de la casa.
Y desde entonces fueron parte de sus vidas…
Verlas, larzarle a menudo el maíz, entretenerse y refugiarse
en su presencia, era la faena cotidiana del niño…
------------------------------------------------------
------------------------------------------------------
Un día el padre de
Carlitos, repentinamente abandonó la casa para siempre.
Y nunca más el niño
volvió a ver a su padre…
No hubo despedida,
ni una carta de hasta pronto...
no hubo un adiós...
ni retorno a
casa.
Pues siempre el niño pensó, que
serían las palomas en marcharse primero…
Sucedió todo lo contrario, aquellas fueron las compañeras
silenciosas que no abandonaron el hogar....
Sin embargo, las palomas tuvieron una extraña actitud.
Porque tan pronto se alejaban, luego de tres o cinco días
regresaban; es decir Iban y venían.
De seguro en busca de alimento...
Y la última vez
que se le vio a
Carlitos, se le notó triste y afligido…
Ya no quería hablar…
Porque desde un buen tiempo a las palomas no se le había visto retornar…
Carlitos añoraba la presencia de sus aladas compañeras.
Incluso había renunciado a sus juguetes
y a las ganas de jugar.
Tantas veces había
soñado junto a las palomas volar…
Desde lo alto de la azotea de su casa, casi siempre el niño fijaba la mirada hacia
el cielo horizonte como tratando de ubicarlas...
Así, las imaginaba felices jugando por los aires,
disfrutando el vuelo mezcladas a otras
palomas...
Era tanto la añoranza de Carlitos, que en pensamiento las llamaba…
“Palomas del viento vuelvan”
“Alivien mi pesar”
“Vivamos la dicha
del poder jugar”.
Pues en el fondo de su ser, el niño quería que ellas volvieran...
Porque las imaginaba viajando
felices…
porque junto a las
palomas veía a su padre, algún día retornar.
----------------------------------------------------------------
Cuando Carlitos se fue a vivir a casa de sus abuelos,
la llegada repentina del niño causaría gran expectativa.
Fue todo una gran bendición para ese hogar…
Fue todo una gran bendición para ese hogar…
como si Dios volviera
a bendecir el mundo…
iluminando la tierra, el cielo, el mar…
Desde entonces del niño triste alegre y triste,
no quedó casi nada.
Carlitos no volvió a sentir frío ni
soledad.
Y de aquellas palomas que se esparcieron por el viento…
Aquellas como estelas blancas sobre el
azul del mar…
Finalmente volvieron a posarse en gran número sobre el
nuevo hogar del niño.
Y sin que se diera cuenta Carlitos…
La primavera con su esplendor empezó a florecer y
embellecer.
Las avecillas desde los arboles empezaron a cantar y a rechinar…
Mariposas de mil colores entre sus vuelos empezaron a entrelazar…
Y su corazón de niño, como nunca empezó a regocijar…
Volviendo a reverdecer maravillosamente aquellos campos,
Y a rebrotar
las lindas flores del jardín...
-------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario